Buenos Aires, 19 de marzo de 2002

 

Sr. Decano

Facultad de Cs. Exactas y Naturales

Dr. Pablo Jacovkis

S/D

De mi mayor consideración

Me dirijo a Usted para presentarle el informe final de gestión como Secretario General de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales en el período 2000-2002. Si bien considero que mi designación termina con su actual mandato, ruego a Usted tome la presente como mi renuncia al cargo de Secretario General de la Facultad, en el caso que esto fuese administrativamente necesario. Quiero también agradecer el ofrecimiento que me hiciera hace varios meses de continuar en el cargo en la nueva gestión que se inicia y aprovechar esta oportunidad para expresar por escrito las razones que motivaron mi respuesta negativa. Lo hago con la intención de realizar un aporte a la Comunidad de la Facultad.

He ocupado el cargo de Secretario General por el lapso de 2 años. Este cargo ha sido el primer cargo ejecutivo que me ha tocado desempeñar, luego de haber ocupado los cargos de Miembro de Consejo Departamental, Consejero Directivo por tres períodos y Consejero Superior. Ser Secretario General ha sido un gran desafío para mí: como se suele decir, "me ha tocado bailar con la mas fea", porque se me asignó como misión atender áreas que hasta el presente habían estado sub-administradas. Se me encomendó, por un lado, mejorar la calidad de la distribución y ejecución presupuestaria, y por el otro, atender las necesidades relacionadas con el hábitat de los Alumnos, No- Docentes y Docentes de la Facultad, además de coordinar, como una especie de Jefe de Gabinete, la gestión de las distintas Secretarías. Es obvio que estas tareas están relacionadas, porque en la medida en que se mejora la forma en que se gasta el presupuesto y las prioridades que se asignan es posible atender en mejor manera las necesidades de mejoras en la infraestructura y servicios. Me ha tocado realizar esta función en un contexto económico muy complicado, donde hemos tenido que luchar permanentemente con recortes presupuestarios o demoras en la remisión de fondos. Hay un gran número de cosas que se han podido hacer, y que se enumeran en el documento que adjunto, y otras que no se han alcanzado aún. Pero no he decidido dejar el cargo por estas dificultades, sino por lo que considero que es un problema grave que tiene que ver con la inconsistencia del sistema de autogestión de la Universidad.

El Estatuto de la Universidad establece que la gestión de la administración de la Universidad se debe realizar a través de sus propios miembros, ya sea por el Consejo Directivo, en forma ad-honorem, o por el Decano y Vice-Decano, generalmente de manera rentada. La complejidad del trabajo de administración de cualquier organismo depende de sus características propias y de parámetros de escala, como por ejemplo la cantidad de empleados que tiene la empresa. En el caso de la administración de la Universidad de Buenos Aires, y de todas sus Facultades, el tamaño de la mayoría de las mismas hace necesario que el Decano y Vice-Decano sean acompañados por Secretarios y Subsecretarios que toman a su cargo áreas específicas. El número de Secretarías y Subsecretarías no debe depender de la cantidad de lugares que uno debe distribuir en función de apoyos circunstanciales, sino en base a los requerimientos de una administración eficiente. La Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, vista como una empresa, cuenta con 2000 empleados (500 no-docentes y 1500 docentes) y tiene un presupuesto de 23 millones de pesos anuales. Aún en el caso de tener una estructura de planta técnico-administrativa eficiente, preparada y motivada, su gerenciamiento es un trabajo complejo que requiere gente que se dedique en forma casi exclusiva a esta actividad. Así es en cualquier empresa de tamaño mucho menor al nuestro.

Una gestión eficiente es un reclamo permanente de la comunidad, y una responsabilidad ante nuestros verdaderos "patrones", la sociedad toda. Pero también se reclama una disminución del gasto de administración, en general denominado gasto "político". Eso solamente es posible si los docentes-investigadores con mayores aptitudes y vocación para estas tareas dejan de lado parcialmente sus actividades y sin cobrar extra se encargan de las tareas de gerenciamiento.

Mi impresión, basado en los comentarios que me hicieran llegar varios miembros de la comunidad y autoridades, es que se pretende además que se dedique solo una muy pequeña porción de tiempo a las tareas de gerenciamiento de forma de que no se vean afectadas las tareas de docencia e investigación. Al respecto me siento en la obligación de manifestarle que creo que los milagros (al menos ese tipo de milagros) no existen.

La tarea necesaria de gerenciamiento lleva tiempo. Puede o no estar remunerada, aunque no creo que se consigan gerentes que quieran hacer esa tarea con la eficacia que se requiere si no van a cobrar, salvo que sean docentes que lo tomen como carga pública. Y no creo que un docente este dispuesto a trabajar sin cobrar en gestión si sabe que luego será castigado por el mismo sistema por haber desatendido sus tareas de docencia o investigación.

He trabajado durante estos años como un acto de militancia, sin pensar en remuneraciones o intereses personales. Me siento personalmente gratificado por los cargos que he ocupado, porque siento que he sido útil. Pero en este momento creo que debe darse un debate en el seno de la Facultad. Si lo que se quiere es tener gerentes profesionales, se deberá gastar lo que corresponda y la participación de docentes, y la mía en particular, no será necesaria. Si lo que se plantea es un modelo de gestión consistente en gerenciar la Facultad dedicando solamente unas horas semanales, asumo una imposibilidad personal para realizar de esta forma una tarea de esa índole. Reconozco el perfeccionismo como un rasgo de mi carácter que me impediría hacer ese trabajo en un tiempo tan limitado.

Quisiera por último agradecer a los docentes y en especial a los no-docentes que se engancharon con los cambios que se propusieron, porque sin su ayuda nada de lo hecho hubiera sido posible. En este punto un agradecimiento especial para los miembros de la Comisión de Hábitat que en forma totalmente desinteresada ayudan al mejoramiento de la Facultad y en mi caso particular fueron fuente permanente de ideas y de cosas a mejorar. También agradezco a los que quisieron que me fuera desde un principio y a los que hoy festejan por que me voy, porque conociéndolos sé que defienden sus intereses y me dejan tranquilo. Finalmente quiero agradecerle a Usted la confianza y el apoyo total que me dispensara en el ejercicio de mi gestión, y aprovecho para desearle el mayor de los éxitos en la gestión que se inicia. Lo saluda atentamente.