INTRODUCCIÓNEste libro trata de la formación científica. Está integrado por un conjunto de recomendaciones acerca de qué ideas y modos de pensar son esenciales para todo ciudadano en un mundo conformado por la ciencia y la tecnología. A continuación se relatará en forma breve cómo se originaron esas recomendaciones y se describirá su naturaleza y organización. Pero primero se examinará la razón de la necesidad de tales recomendaciones.
LA NECESIDAD DE FORMACIÓN CIENTÍFICA La educación no tiene mayor objeto que preparar a las personas para que vivan vidas de satisfacción personal y responsabilidad. Por su parte, la educación científica que en esta obra quiere decir educación en ciencias, matemáticas y tecnología, debe ayudar a que los alumnos desarrollen las ideas y hábitos mentales que necesitan para llegar a ser seres humanos compasivos, capaces de pensar por sí mismos y encarar la vida con inteligencia. Les debe proporcionar también lo necesario para poder participar racionalmente con sus semejantes a fin de construir y proteger una sociedad abierta, decente y vital. El futuro de los Estados Unidos de América su capacidad de crear una sociedad verdaderamente justa, sostener su vitalidad económica y permanecer seguros en un mundo desgarrado por las hostilidades depende más que nunca del carácter y la calidad de la educación que el país proporcione a todos los niños. Sin embargo, hay más en juego que la autorrealización y el interés nacional
inmediato de la Unión Americana. Los problemas más graves a los que se enfrentan hoy los
seres humanos son globales: Lo que depara el futuro para los individuos, la nación y el mundo depende mucho de la sabiduría con la que se use la tecnología y la ciencia. Y ello, a su vez, depende del carácter, la distribución y la eficacia de la educación que reciban las personas. Planteado en forma breve, el argumento del Consejo Nacional es el siguiente: |
La ciencia, buscada con energía, puede dar a la humanidad los
conocimientos del ambiente biofísico y del comportamiento social que se necesitan para
llegar a soluciones eficaces de sus problemas globales y locales; sin esos conocimientos,
el avance hacia un mundo seguro se verá estorbado innecesariamente.
Al subrayar y explicar la dependencia de los seres vivos entre sí y del
ambiente físico, la ciencia fomenta el tipo de respeto inteligente por la naturaleza que
debe ser la base de decisiones acerca de los empleos de la tecnología; sin ese respeto,
se corre el peligro de destruir imprudentemente el sistema que sostiene la vida.
Los hábitos mentales científicos pueden ayudar a las personas, en cada
paso de su vida, a manejar con sensibilidad los problemas en que intervienen con
frecuencia la evidencia, las consideraciones cuantitativas, los argumentos lógicos y la
incertidumbre; sin la capacidad de razonar en forma crítica e independiente, los
ciudadanos son presa fácil de los dogmatizadores, los artistas de oropel y los
proponentes de soluciones sencillas a problemas complicados.
Los principios tecnológicos relacionados con temas como la naturaleza
de los sistemas, la importancia de la retroalimentación y el control; la relación entre
costo, beneficio y riesgo, y la inevitabilidad de los efectos colaterales proporcionan a
las personas una base sólida para evaluar el empleo de nuevas tecnologías y sus
implicaciones para el ambiente y la cultura; si no se comprenden esos principios, es poco
probable que los individuos avancen más allá de la consideración de su interés propio
e inmediato.
Aunque muchos problemas urgentes, locales y globales, son de origen tecnológico, la tecnología proporciona las herramientas para resolverlos, y los instrumentos para generar, a través de la ciencia, conocimientos fundamentales nuevos. Sin el desarrollo continuo y el empleo creativo de nuevas tecnologías, la sociedad puede limitar su capacidad de sobrevivencia y de progresar hacia
RECOMENDACIONES
Una premisa fundamental del Proyecto 2061 es que no se necesita pedir a las escuelas que enseñen más y más temas, sino más bien que se concentren en lo esencial para la formación científica, y enseñarlo mejor. En consecuencia, las recomendaciones del Consejo Nacional sobre un tronco común de aprendizaje se limitan a las ideas y habilidades que tienen la máxima importancia científica y educativa en la formación de recursos humanos en ciencias.
Este libro se basa en la creencia de que una persona con formación científica es aquella que percibe que las ciencias, las matemáticas y la tecnología son empresas humanas interdependientes, con potencialidades y limitaciones; que comprende los conceptos y principios científicos clave; que está familiarizada con el mundo natural y reconoce su diversidad y su unidad a la vez; y que emplea el conocimiento de la ciencia y los modos científicos de pensar para fines individuales y sociales. Las recomendaciones se presentan en 12 capítulos que comprenden temáticamente cuatro categorías principales:
1. Los capítulos 1 a 3 describen la naturaleza de la
ciencia, las matemáticas y la tecnología como empresas humanas que en conjunto
constituyen el quehacer científico.
2. En los capítulos 4 a 9 se exponen los conocimientos básicos acerca
del mundo, visto en la actualidad desde la perspectiva de las ciencias y las matemáticas,
y conformado por la tecnología.
3. Los capítulos 10 y 11 presentan lo que deben comprender las personas
acerca de algunos de los grandes episodios de la historia del desarrollo científico y
sobre algunos temas comunes que pueden servir como herramientas de razonamiento acerca de
cómo funciona el mundo.
4. El capítulo 12 establece los hábitos mentales esenciales para una
formación científica.
Al considerar estas recomendaciones, es importante tener en mente algunas de las
características especiales de este libro.
Las recomendaciones reflejan una definición amplia de la formación científica
La formación en ciencias que abarca matemáticas y tecnología, así como ciencias naturales y sociales tiene muchas facetas. Entre ellas está conocer el mundo natural y respetar su unidad; percatarse de algunos de los modos importantes de interdependencia de las matemáticas, la tecnología y las ciencias; comprender algunos de los conceptos y principios clave de las ciencias; tener capacidad de razonamiento científico; reconocer que la ciencia, las matemáticas y la tecnología son empresas humanas, saber lo que ello implica para sus potencialidades y limitaciones, y poder emplear el conocimiento y el razonamiento científicos para fines personales y sociales.
Algunas de esas facetas de la formación científica sólo se mencionan en lugares específicos de este libro, mientras que otras se entretejen en el contenido de los capítulos. Por consiguiente, es esencial que se consideren las recomendaciones en su totalidad como un tratado multifacético sobre la formación científica.
Las recomendaciones de este libro se aplican a todos los alumnos
El conjunto de recomendaciones forma un núcleo común de aprendizaje en ciencias, matemáticas y tecnología para toda la gente joven, independientemente de su entorno social y aspiraciones profesionales. En particular, las recomendaciones son para quienes antes fueron marginados en gran medida de la educación científica y matemática: las mujeres y las minorías étnicas y lingüísticas. Las recomendaciones no contienen todo tema interesante que nos fue sugerido, y no son la consecuencia de diluir el plan de estudios tradicional del bachillerato. Sin embargo, son deliberadamente ambiciosas, porque sería peor subestimar lo que los estudiantes pueden aprender que esperar demasiado de ellos. El Consejo Nacional está convencido de que dadas una metas claras, los recursos adecuados y una buena enseñanza en los 13 años de escuela casi todos los alumnos (entiéndase el 90% o más) podrán alcanzar todos los objetivos recomendados de aprendizaje (cuando menos el 90%) cuando salgan de bachillerato.
Las recomendaciones se han seleccionado con base en su importancia científica y humana
No se necesita pedir que las escuelas enseñen más y más contenido, sino que enseñen menos para enseñarlo mejor. Al concentrarse en unos cuantos temas, los profesores pueden presentar las ideas paulatinamente, en una diversidad de contextos, reforzándolas y ampliándolas a medida que maduran los alumnos. Éstos terminarán adquiriendo perspectivas más ricas y una comprensión más profunda de lo que cabría esperar de una presentación superficial de más temas de los que pueden asimilar. Por consiguiente, el problema para los diseñadores del plan de estudios no es qué agregar, sino qué eliminar.
Por lo anterior, una de las metas principales del Proyecto 2061 es invertir la acumulación, a través de años y años, del material de enseñanza. Pero al establecer esa meta hubo que hacer elecciones. Los criterios para identificar un núcleo común de aprendizaje en ciencias, matemáticas y tecnología fueron científicos y pedagógicos a la vez. En primer lugar, se tuvieron en cuenta las ideas que parecían ser de extremada importancia científica, porque simplemente hay muchos conocimientos que cualquiera puede adquirir durante la vida, y no sólo en 13 años. Esto indicó que se debe preferir el contenido que haya tenido mucha influencia sobre lo que vale la pena conocer hoy y lo que todavía valdrá la pena saber dentro de varias décadas, y eliminar temas de interés técnico momentáneo o de importancia científica limitada. En particular, se eligieron conceptos que podrían servir como base duradera sobre la cual erigir más conocimientos durante el resto de la vida. Por consiguiente, las opciones tuvieron que cumplir con criterios importantes, que se relacionan con la vida humana y con las amplias metas que justifican una educación pública universal en una sociedad libre. Los criterios fueron:
Las recomendaciones no son todo novedad ni se pretende que sean inmutables
Al formular las recomendaciones no se trató de buscar ni de evitar la
novedad. La tarea fue identificar un núcleo mínimo de conocimientos y destrezas
básicos, formen o no parte de los planes de estudio actuales. Las recomendaciones no son
las únicas posibles, y ciertamente hubo diferencias entre los participantes en este
proyecto acerca de varios temas. Sin embargo, el Consejo Nacional cree que son buenas y
que forman una base sólida para el diseño de planes de estudio en ciencias, matemáticas
y tecnología.
Pero estos campos están en flujo continuo, y unas ideas y modos de hacer las cosas
quedan, otros se modifican o se descartan y otros vienen. Inevitablemente llegará el
tiempo, más pronto en algunas zonas que en otras, en que deban revisarse las
recomendaciones para intercalar más conocimientos. Además, a medida que los educadores y
científicos trabajen juntos en la Fase II del Proyecto 2061 para diseñar
modelos de planes de estudio con base en este libro, es probable que lleguen a sus propias
conclusiones sobre la pertinencia de las recomendaciones y sugieran cambios. En cualquier
caso, éstas no se presentan como una ortodoxia nueva e inalterable, sino más bien para
proporcionar una fuente creíble para el desarrollo de la Fase II, provocar debates acerca
del contenido de la educación y catalizar la reforma curricular.
Este informe no es documento ni texto curricular
El lector no debe esperar encontrar aquí recomendaciones acerca de lo que debe enseñarse en una materia específica o en determinado grado escolar. Sólo se presentan las metas de aprendizaje lo que los alumnos deben recordar, comprender y ser capaces de hacer al salir de la escuela, como compendio de su experiencia escolar total- y no cómo organizar el plan de estudios para lograrlo. Tampoco esta presentación de recomendaciones tiene por objeto enseñar al lector como lo haría un texto. Ninguna exposición lineal de temas puede representar, a entera satisfacción, la interrelación de ideas y expe-riencias que serían esenciales en un plan de estudios real o en un libro de texto.
Las recomendaciones tienen por objeto describir los niveles de comprensión adecuados para todas las personas
Para la mayor parte de los fines educativos, las generalizaciones amplias (como "todos deben saber cómo se relacionan la ciencia y la tecnología") no tienen mayor utilidad que la de las largas listas de temas específicos (átomos, células, planetas, gráficas, etc.). Ninguno de los enfoques indica lo que se debe aprender, y ambos piden que el lector adivine qué grado de complejidad se pretende. Por consi-guiente, las recomendaciones especificas de este informe están presentadas con detalle suficiente para comunicar los niveles y contextos de comprensión que se pretenden alcanzar. Las recomen-daciones se formularon con cuatro niveles de generalización:
En suma, las recomendaciones están implícitas con diversos grados de especificidad en los títulos, los encabezados, el texto y el vocabulario de los 12 capítulos siguientes. Sin embargo, no hay manera, en un documento tan corto, de comunicar la calidad del conocimiento que se pretende en toda la gama de los temas. Esa calidad, que es el modo en que se conoce algo, depende mucho de cómo se aprende. A este respecto, el análisis del aprendizaje y la enseñanza, en la segunda parte, proporciona una perspectiva para comprender la naturaleza de las recomendaciones mismas.
LA FUENTE DE LAS RECOMENDACIONES
Las recomendaciones de este libro no son las de una sola persona ni las de un comité. Surgieron de un largo proceso cuyo objeto fue capturar la audaz perspicacia del individuo y la confrontación crítica del grupo. En pocas palabras, el proceso fue el siguiente:
La Asociación Americana para le Avance de Ciencias nombró grupos de
científicos y les asignó la tarea de formular recomendaciones en cinco campos: 1.
ciencias biológicas y de la salud; 2. matemáticas; 3. ciencias físicas y de la
información e ingeniería; 4. ciencias sociales y de la conducta, y 5. tecnología. Cada
grupo se reunió con frecuencia durante dos años, invitando en muchas ocasiones a
consultores para presentar ideas y participar en la discusión de determinadas sugerencias
expuestas por uno o más miembros del grupo. | |
Para que sus ideas se tomaran en cuenta, los miembros tuvieron que defender sus
proposiciones en términos de su importancia científica y educativa. Al crecer la
cantidad de temas que pasaron por esta prueba crítica, se agregó otra condición: ¿qué
se debe eliminar de la lista para dar lugar al nuevo educando? De vez en cuando los grupos
tuvieron la oportunidad de criticar entre sí las recomendaciones tentativas. Al término
de sus deliberaciones, cada grupo presentó un informe al Consejo Nacional para la
Educación Científica y Tecnológica, donde resumió sus conclusiones. A continuación,
la AAAS publicó los informes. | |
El Consejo Nacional también fue nombrado por la AAAS. Su responsabilidad fue
encargarse del control de calidad y encauzar a los grupos y al personal del Proyecto.
(Esta empresa es parte de una mayor que se llamó Proyecto 2061: Educación
para un Futuro Cambiante, que se describe brevemente en el capítulo 15.) El personal,
principalmente Ruthefford y Ahlgren, se reunió periódicamente con los grupos y, por
consenso mutuo, asumió la responsabilidad de presentar un borrador del territorio común
a todos los grupos de trabajo, como la naturaleza del quehacer científico, la historia y
los temas interdisciplinarios. Los miembros de los grupos sugirieron ideas y criticaron
los borradores sucesivos. | |
A continuación, el personal, con ayuda de muchos expertos, acometió la preparación de
un informe único y persuasivo,sacado de los informes de los grupos y de su propio
trabajo, pero no tan sólo sintetizándolos. Se escribieron borradores, se presentaron al
Consejo Nacional, 130 personas calificadas revisaron con detalle el borrador; se
estudiaron sus comentarios y se preparo un borrador definitivo. El Consejo Nacional
recomendó este libro Ciencia: Conocimiento para todos, fue el título con el que se le conoció al Consejo de Directores de la AAAS. Éstos leyeron todo el documento, tuvieron en cuenta los argumentos expresados en favor de éste de parte de otros consejeros, lo discutieron de manera amplia y a continuación votaron unánimemente para autorizar la publicación. | |
Por lo anterior, este libro representa el pensamiento genuino de las comunidades científica, matemática y tecnológica, lo más apegado a la verdad que permite la investigación de un asunto de esta naturaleza. Sin duda es un consenso, pero no uno superficial como el que se obtiene en una encuesta o conferencia. No se puede decir que el proceso haya llevado al único conjunto plausible de recomendaciones acerca de la educación en ciencias, matemáticas y tecnología para todos los niños, pero ciertamente ha producido recomendaciones en las que podemos tener confianza. Es una visión ambiciosa, pero realista, que subraya significados, relaciones y contextos, y no un conjunto de recortes y piezas de información; favorece la calidad de la comprensión sobre la amplitud del contenido. ¿No es precisamente ése el tipo de educación que se quiere para todos? |
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